With a stellar cast and a bold vision, the film “Barbie” embarks on a journey that begins in what seems like an isolated and superficial version of life in Barbieland, but evolves in surprising ways throughout the plot. Director Greta Gerwig uses her talents to weave a story that goes far beyond what one might expect from a film based on an iconic doll.
The film opens with a focus on Barbie’s character and her variety of professions, while Ken, played by the charismatic Ryan Gosling, seems to enjoy life without worries. In Barbieland, daily life becomes a kind of mantra, where the inhabitants are absorbed in the present continuous, which serves as a mirror of the contemporary obsession with superficiality.
One of the highlights of the film is its stunning visuals, which are used effectively to convey a profound message. Unlike what you might think, Barbieland is not a simple reflection of the idealized image of Barbie, but rather a complex setting that serves as a backdrop to explore deeper themes. The film begins with a statement of intentions about femininity and then delves into a world that evolves and becomes a living space for the characters.
The film addresses complex issues with subtlety and well-constructed satire. The way it pokes fun at contemporary sexuality, vanity and prejudice is sharp and surprisingly adult. As the plot progresses, a sense of reality is ingeniously constructed for the characters, who live in a world so far from the norm that they have no notions about it. Existence is pleasant, but also fragile, and any existential question can trigger a disaster.
The film takes an interesting turn when Barbie begins to question her very existence and the limits of her world. The script manages to convincingly create an alternative layer where deep concepts are explored, far from superficiality. Barbie becomes a crack in the middle of a rosy world that could fall apart.
Rodrigo Prieto’s photography plays a crucial role in showing Barbie’s transformation, which is slow and painful. Small everyday disasters lead her to realize that her world is not as perfect as she seems, and that her uniqueness becomes dangerous in a world of copies. The film delves into the idea of a fragmented identity, where the multiple versions of Barbie and Ken are variations of a single idea, which becomes increasingly relevant as the protagonist evolves.
Greta Gerwig leaves us a clear message through this film: kindness and authenticity are not rarities, and Barbie is much more than just a doll. The film reminds us of Barbie’s cultural legacy and her importance in diversity and the conception of women as heroes in her own world. This message is one of the strong points of the production and makes us reflect on the relevance of Barbie in today’s society.
In short, “Barbie” is much more than she appears at first glance. The film uses her surface appearance as a jumping-off point to explore deep themes and deliver a powerful message about authenticity and diversity. Greta Gerwig has managed to create a work that goes beyond the iconic doll and invites us to reflect on what it means to truly be yourself in a world of appearances.
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Con un elenco estelar y una visión audaz, la película “Barbie” se embarca en una travesía que comienza en lo que parece una versión aislada y superficial de la vida en Barbieland, pero que evoluciona de manera sorprendente a lo largo de la trama. La directora, Greta Gerwig, utiliza su talento para tejer una historia que va mucho más allá de lo que uno podría esperar de una película basada en una icónica muñeca.
La película arranca con una concentración en el personaje de Barbie y su variedad de profesiones, mientras que Ken, interpretado por el carismático Ryan Gosling, parece disfrutar de la vida sin preocupaciones. En Barbieland, la vida diaria se convierte en una especie de mantra, donde los habitantes están absortos en el presente continuo, lo que sirve como un espejo de la obsesión contemporánea por la superficialidad.
Uno de los aspectos destacados de la película es su deslumbrante apartado visual, que se utiliza de manera efectiva para transmitir un mensaje profundo. A diferencia de lo que se podría pensar, Barbieland no es un simple reflejo de la imagen idealizada de Barbie, sino un escenario complejo que sirve como telón de fondo para explorar temas más profundos. La película comienza con una declaración de intenciones sobre la feminidad y luego se adentra en un mundo que evoluciona y se convierte en un espacio vital para los personajes.
La película aborda temas complejos con sutileza y sátira bien construida. La forma en que se burla de la sexualidad contemporánea, la vanidad y los prejuicios es afilada y sorprendentemente adulta. A medida que avanza la trama, se construye con ingenio un sentido de la realidad de los personajes, que viven en un mundo tan alejado de la norma que carecen de nociones sobre él. La existencia es placentera, pero también frágil, y cualquier pregunta existencial puede desencadenar un desastre.
La película toma un giro interesante cuando Barbie comienza a cuestionar su propia existencia y los límites de su mundo. El guion logra crear de manera convincente un estrato alternativo donde se exploran conceptos profundos, alejados de la superficialidad. Barbie se convierte en una grieta en medio de un mundo color de rosa que podría desmoronarse.
La fotografía de Rodrigo Prieto juega un papel crucial al mostrar la transformación de Barbie, que es lenta y dolorosa. Pequeños desastres cotidianos la llevan a darse cuenta de que su mundo no es tan perfecto como parece, y que su singularidad se vuelve peligrosa en un mundo de copias. La película se adentra en la idea de una identidad fragmentada, donde las múltiples versiones de Barbie y Ken son variaciones de una única idea, lo que se vuelve cada vez más relevante a medida que la protagonista evoluciona.
Greta Gerwig nos deja un mensaje claro a través de esta película: la bondad y la autenticidad no son rarezas, y Barbie es mucho más que una simple muñeca. La película nos recuerda el legado cultural de Barbie y su importancia en la diversidad y la concepción de la mujer como un héroe en su propio mundo. Este mensaje es uno de los puntos fuertes de la producción y nos hace reflexionar sobre la relevancia de Barbie en la sociedad actual.
En resumen, “Barbie” es mucho más de lo que aparenta a simple vista. La película utiliza su apariencia superficial como punto de partida para explorar temas profundos y ofrecer un mensaje poderoso sobre la autenticidad y la diversidad. Greta Gerwig ha logrado crear una obra que va más allá de la muñeca icónica y nos invita a reflexionar sobre lo que significa ser verdaderamente uno mismo en un mundo de apariencias.