It has been a very good week for queer marketing, Jacquemus has married his boyfriend in the middle of a wonderful ceremony full of artists and celebrities from the world of entertainment and fashion, Bad Bunny has had a tremendous kiss in the middle of MTV video music awards with one of his male dancers.
Well, apparently the aesthetics of sexual freedom has always been a fabulous card so that we can be in a certain way on the map of any format to make money.
Being gay is something that goes beyond a yaaaasss queen or a RuPaul marathon, the homosexual / queer / trans / LGTBIQ + aesthetic is much more than a flag in a month of the year, during a pride parade.
Our identity is profitable and totally necessary in all aspects of an economy that now cries out to be dynamic and functional.
But has Bad Bunny underestimated us with that kiss? Have we been given salivary inclusion crumbs? Does Bad Bunny know what his real impact is as an artist in front of a community that loves him without thinking twice?
It is true that we are in the first stage of a generation that has left aside the female icons of adoration to give way to male figures to be adored, or we have also left aside the plastic and fabulous for a much more functional and digestible aesthetic, closer, more spite, more Rosalieish.
Our iconography and presence in the world is timeless, but it is also a functional economic exchange, which moves a wheel beyond clothing and aesthetic, inclusion is now the day to day of corporations and it’s interesting to see how the nail market polish is now stronger on men than condoms were 20 years ago.
We are getting very pretty, we are getting very fashionable, we are getting ready, but we have to have the alerts well placed so as not to be used as something momentary.
We love to belong, but we must also fight to remain.
Long live the merriers!
===================
Ha sido una semana muy buena para el marketing queer, Jacquemus se ha casado con su novio en medio de una maravillosa ceremonia llena de artistas y famosos del mundo del espectáculo y la moda, Bad Bunny se ha dado un tremendo beso en pleno MTV video music awards con uno de sus bailarines hombre.
Pues al parecer la estética de la libertad sexual siempre ha sido una carta fabulosa para que podamos estar de cierta forma en el mapa de cualquier formato para hacer dinero.
Ser gays es algo que va más allá de un yaaaasss queen o una maratón de RuPaul, la estética homosexual / queer / trans/ LGTBIQ+ es mucho más que una bandera en un mes del año, durante un desfile del orgullo.
Nuestra identidad, es rentable y totalmente necesaria en todos los aspectos de una economía que ahora pide a gritos ser dinámica y funcional.
Pero ¿Nos ha subestimado Bad Bunny con ese beso? ¿Nos han dado migajas de inclusión salival? ¿Sabe Bad Bunny cuál es su real impacto como artista frente a una comunidad que lo ama sin pensarlo dos veces?
Es cierto que estamos en la primera etapa de una generación que ha dejado de lado los iconos femeninos de adoración para dar paso a figuras masculinas a ser adoradas, o hemos También dejado de lado lo plastic y fabuloso por una estética mucho mas funcional y digerible, mas cercana, mas Despecha, mas Rosaliesca.
Nuestra iconografía y presencia en el mundo es atemporal, pero también es un intercambio económico funcional, que mueve una rueda mas allá de la ropa , la inclusión estética es ahora el dia a dia de las corporaciones y es interesante el ver como el mercado de nail polish es ahora mas fuerte en los hombres que lo hace 20 años fueron los preservativos.
Nos estamos poniendo muy bonitos, nos estamos poniendo muy de moda, nos estamos arreglando, pero tenemos que tener las alertas bien puestas para no ser utilizados como algo momentáneo.
Amamos pertenecer, pero debemos también luchar por permanecer.
¡Que vivan los novi@s!