Relato de proceso creativo y censura (Transcripción sin editar de audio de Jordi)

“ y Llegué a Cabo Verde el año 2010, pasé por Praja, conocí a un chico un poco delincuente que me llevó a la casa de sus abuelos en la isla siguiente Sant Antau, que no quisieron ni abrirle la puerta, nos emborrachamos y el desapareció, y me quedé en esa isla por más de un año ya nunca pude salir de Ribera de Paul. Ahí un hombre me dejó una casa pequeña perdida entre los huertos, bosques y un río, a cambio de echar una ojeada a los huertos, me dejaba estar ahí, y me dedicaba a pintar y a dar clases de español, no había pintura, ni marcos ni marcos ni pinceles, así que tuve que crear mi propia pintura  con almidón de arroz y los restos del fuego de cuando me hacía el café y la comida, y otras cosas que encontraba por ahí, óxidos de hierro y demás, entonces empecé a pintar un montón de cuadros: primero retratos de gente local, borrachillos, mujeres guapísimas, todo tipo de gente que me iba encontrando y me afiance una temporada allí en el pueblo Ribera de Paul, haciéndome amiga de muchos, hasta hicimos un desfile de travestis en el colegio del pueblo , hicimos de todo, hasta que conseguí meterme en la Feria de productos naturales y artesanales del pueblo y todos mis compañeros de exposición eran agricultores que vendían sus productos y los alcoholes que ellos mismos fabricaban.

Ahí me planté con mis cuadros abstractos algunos hechos con las pinturas fabricadas por mí, por la noche venían una especie de bichos que se posaban sobre los cuadros y hacían algo con sus patitas, entonces la gente me preguntaba cómo había logrado esas texturas, hice dos cuadros, un poco comprometedores, que me parece que eran eróticos y graciosos: uno era  de dos chicos , uno que recogía las hojas del café mientras que el otro chico se la empujaba por detrás en un cafetal, y el segundo cuadro, era uno de dos mujeres trabajando tranquilamente en sus ordenadores una enfrente de la otra mientras una le introducía el pie a la otra en el xixi en plan coworking. Plante mi stand con todos los agricultores, con la gente que, hacía pulseras, cuadros típicos de Cabo Verde, llegó mucha gente de la zona a ver la feria, entonces me dijeron, por favor hay niños y va a venir la Ministra de Cultura, podrías darles la vuelta a estos dos cuadros o ponerlos en un sitio que no se vean mucho, no fue oficial, no me dijeron nada más, no fue un decreto de nadie, nadie me prohibió nada, solo me lo recomendaron y yo como tenía buen rollo con ellos, acepté, no me enfade ni nada, gire los cuadros, y los puse debajo de la mesa, que todo el mundo sabía cuáles eran pues todos hablaban de ellos en el pueblo e incluso en los otros pueblos, me fui a comer por ahí hablando con la gente, ligando,  y tal y cuando fui a recoger mis cuadros, misterio, habían desaparecido justamente estos dos, y la reproducción que he hecho para esta exposición, da cuenta un poco de ello pues he fabricado una pintura similar a las originales y el soporte de cartón tal cual el original. “