La exposición Jackie Derrida (1996) en la Transmission Gallery, una galería independiente en  Glasgow (Escocia) situada en una zona que, en este momento, quedaba al límite del centro comercial de la ciudad, al lado de un barrio “conflictivo”. 

La exposición consistió en unas piezas de videoarte y una performance donde me instalé en una sala en el sótano de la galería en mi alter ego de “drag x- drag deconstruccionista Jackie Derrida” con una videocamara y proyector durante 24 horas. La cámara me grababa durante todo el tiempo que permanecía en la galería. 

El público estaba invitado a interactuar conmigo y hacerme preguntas como si yo fuera la presentadora de un programa de la televisión. En esta época era casi imposible por un/a drag tener acceso a esta tecnología entonces aproveché las horas de mi ocupación para interactuar con la exposición de arte en la sala de arriba y grabar mis canciones, discursos e improvisaciones. Cuando acababa una cinta (cada una duraba 4 horas) lo sacaba de la cámara y lo proyectaba en otra sala contigua. 

El ultimo día de mi ocupación (un sábado) un chico del barrio entró con un amigo y empezó a preguntarme sobre el sexo. Como se trataba de un espacio publico yo bromeaba, pero el seguía insistiendo que quería tener sexo conmigo. Al final le dije que vaya a comprar condones en una farmacia y volviera.  Dentro de media hora volvió sin condones, entonces le expliqué que tendría que llevar la cámara conmigo a otro espacio menos público porque yo grababa todo (y aparte tenía miedo que se pudiera robar la cámara).  

Fuimos a la otra sala donde empezamos a tener sexo y acabé haciendole una mamada. Al día siguiente comentaba los hechos con un amigo que formaba parte del grupo de coordinación de la galería. Unos días después me llamaron desde la galería para decirme que habían decidido no mostrar este grabación porque era pornográfico a pesar del hecho que nadie había visto la cinta (y de hecho no se ve nada porque la sala estaba casi a oscuras). Aparte del acto de censura lo que más me molestó en ese momento era la falta de seguridad porque me di cuenta que nadie estaba vigilando la entrada al sótano y me podría haber pasado cualquier cosa. En esta época no existían representaciones de la comunidad trans en las calles o en los medios aparte de los reportajes ocasionales de escándalos en la prensa amarilla o en los talkshows donde nos sacaban como freaks. En otros ocasiones sufrí ataques por presentarse en drag en espacios públicos, porque había un transfóbia terrible en Escocia.